Del Areópago a las Redes Sociales: Evangelismo Cultural al Estilo de Pablo
Los amigos de Vida Cristiana Podcast me invitaron a estar en uno de sus episodios donde hablamos de muchos temas; desde vida cristiana hasta la vida empresarial. Y luego, escuchando el Podcast del SETECA «Contexto Teología Simple» sobre Teología POP: Cuando la fe y la cultura se encuentran, me recordé lo que escribí en el 2013 sobre las razones para involucrarse en las artes seculares. Fueron 3 artículos que reflejan una idea de lo que seguimos viviendo en estos tiempos entre arte, cultura y cristianismo.
Este es una adaptación de esos 3 artículos, unidos en uno solo. Te invito a leerlo y compartir conmigo tus comentarios:
Antes de explicar las dos razones para involucrarse en las artes seculares o no cristianas es importante leer Filipenses 3 y Hechos 22 para conocer más sobre la educación de Pablo.
Con eso en mente quiero centrarme en un pasaje de la Biblia donde se cuenta una anécdota de Pablo. En el libro de Hechos capítulo 17 y versículo 16 se narra una experiencia de Pablo en su viaje a Grecia, Atenas específicamente. Pero léelo por ti mismo y no dejes que yo te lo cuente:
Mientras Pablo los esperaba en Atenas, le dolió en el alma ver que la ciudad estaba llena de ídolos. Así que discutía en la sinagoga con los judíos y con los griegos que adoraban a Dios, y a diario hablaba en la plaza con los que se encontraban por allí. Algunos filósofos epicúreos y estoicos entablaron conversación con él. Unos decían: «¿Qué querrá decir este charlatán?» Otros comentaban: «Parece que es predicador de dioses extranjeros.» Decían esto porque Pablo les anunciaba las buenas nuevas de Jesús y de la resurrección. Entonces se lo llevaron a una reunión del Areópago.
—¿Se puede saber qué nueva enseñanza es esta que usted presenta? —le preguntaron—. Porque nos viene usted con ideas que nos suenan extrañas, y queremos saber qué significan.
Es que todos los atenienses y los extranjeros que vivían allí se pasaban el tiempo sin hacer otra cosa más que escuchar y comentar las últimas novedades.
Pablo se puso en medio del Areópago y tomó la palabra:
—¡Ciudadanos atenienses! Observo que ustedes son sumamente religiosos en todo lo que hacen. Al pasar y fijarme en sus lugares sagrados, encontré incluso un altar con esta inscripción: A un dios desconocido. Pues bien, eso que ustedes adoran como algo desconocido es lo que yo les anuncio.
»El Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él es Señor del cielo y de la tierra. No vive en templos construidos por hombres, ni se deja servir por manos humanas, como si necesitara de algo. Por el contrario, él es quien da a todos la vida, el aliento y todas las cosas. De un solo hombre hizo todas las naciones para que habitaran toda la tierra; y determinó los períodos de su historia y las fronteras de sus territorios. Esto lo hizo Dios para que todos lo busquen y, aunque sea a tientas, lo encuentren. En verdad, él no está lejos de ninguno de nosotros, “puesto que en él vivimos, nos movemos y existimos”. Como algunos de sus propios poetas griegos han dicho: “De él somos descendientes.”
»Por tanto, siendo descendientes de Dios, no debemos pensar que la divinidad sea como el oro, la plata o la piedra: escultura hecha como resultado del ingenio y de la destreza del ser humano. Pues bien, Dios pasó por alto aquellos tiempos de tal ignorancia, pero ahora manda a todos, en todas partes, que se arrepientan. Él ha fijado un día en que juzgará al mundo con justicia, por medio del hombre que ha designado. De ello ha dado pruebas a todos al levantarlo de entre los muertos.
Cuando oyeron de la resurrección, unos se burlaron; pero otros le dijeron:
—Queremos que usted nos hable en otra ocasión sobre este tema.
En ese momento Pablo salió de la reunión. Algunas personas se unieron a Pablo y creyeron. Entre ellos estaba Dionisio, miembro del Areópago, también una mujer llamada Dámaris, y otros más.
Atenas era el centro cultural de esa era. Las artes, en todas sus expresiones se congregaban en esa ciudad. Como decir Hollywood para el cine, Nashville para la música o Paris para la moda. En fin Atenas albergaba a todas estas y mucho más.
Especialmente la filosofía tenía su auge en el tiempo en que Pablo visitó Atenas. Los artistas de esa época se expresaban a través de la filosofía. Por lo tanto, si querías ser alguien reconocido tenías que pertenecer a alguna corriente filosófica.
Y Pablo se estaciona ahí. En medio de ese mundo pagano. Con esto en mente analicemos las frases y palabras subrayadas.
…le dolió en el alma ver que la ciudad estaba llena de ídolos.
A Pablo le dolió el alma ver que la ciudad estaba llena de ídolos. Y para notar los detalles es porque le dedicó tiempo a recorrer las calles, avenidas, mercados y demás. En el verso 22 dice Pablo que “observaba” lo que significa: Mirar o examinar con atención. Darse cuenta de un hecho. Prestaba atención a los detalles, se tomaba el tiempo para analizar. En el verso 23 dice que se fijaba. Mirar: Eso lo hacemos a diario tu y yo, pero ¿observamos de tal manera que nos causa dolor de alma ver los ídolos?
Así que discutía en la sinagoga con los judíos y con los griegos…
La siguiente oración del relato nos da una luz: Así que. Es decir que después de ver la ciudad y que le doliera el alma, regresaba con los cristianos y discutía con ellos. ¿De qué? ¡Pues de lo que estaba ocurriendo en Atenas! De cómo hacer para proclamar las buenas nuevas de salvación. ¿Discutimos nosotros con nuestros amigos cristianos de cómo podemos alcanzar nuestra ciudad, barrio, colonia, escuela, universidad?
…a diario hablaba en la plaza con los que se encontraban por allí.
La discusión no solo quedaba en eso. No. Sino que después venia la acción. Dice el relato que Pablo a diario hablaba en la plaza. A diario. Discutía y salía. Discutía y salía. A diario. ¿Cuáles acciones estamos tomando después que discutimos con los cristianos sobre el tema de los ídolos? ¿Salimos o nos escondemos en las 4 paredes de nuestra casa o iglesia?
[Hablamos] sobre los beneficios de involucrarse en las artes seculares y vimos 3 aspectos de Pablo sobre la cultura de Atenas, basado el en relato de Hechos 17: 16-33:
- Sentía dolor en su alma al ver la ciudad llena de ídolos.
- Discutía con otros cristianos sobre lo que veía en la ciudad.
- Accionaba sobre lo discutido y salía a diario a hablar en las plazas.
Continuemos analizando el relato.
Antes de continuar el orden de los versos en necesario entender el verso 23:
Todos los atenienses y los extranjeros que vivían allí se pasaban el tiempo sin hacer otra cosa más que escuchar y comentar las últimas novedades. Esto no ha cambiado mucho en nuestros días. Ahora las redes sociales nos permiten estar al tanto de las últimas novedades, ¡y son muchas!
Dicho esto, continuemos.
En el verso 18 dice que algunos filósofos epicúreos y estoicos entablaron conversación con Pablo. Debo mencionar que los filósofos son personas de alto nivel intelectual ya que leen mucho y por eso es que cuestionan todo y a todos. ¡Y Pablo no le huyó a ese tipo de enfrentamientos! Al contrario, Pablo los buscaba. Pablo estaba preparado. Pablo sabía de lo que hablaba. Pablo buscó la Verdad y la Verdad lo encontró. Pablo era uno de ellos. Pablo era de la ciudad de Tarso, famosa por sus universidades y escuelas filosóficas. ¿Cómo nos preparamos nosotros para conversar con los filósofos modernos (actores, cantantes, músicos, bailarines, ect.)? ¿Podemos soportar un cuestionamiento sobre nuestras convicciones?
Al Pablo estar hablando todos los días en las plazas con los filósofos y otros más, no pudieron contenerse y lo llevaron al lugar donde se reunían los hombres que dictaban las leyes, el Areópago.
Recordemos que a Pablo unos lo tildaban de charlatán (v18), por lo que no fue el primero en hablar cosas extrañas ni el último, pero algo tenía que le mereció que lo llevaran ante los más respetados personajes de la cultura. Como decir hoy ser invitado a hablar ante el Congreso de la Republica o en la Corte Suprema de Justicia, o en el Teatro Nacional, o en TEDTalks, etc.
En ningún momento del relato vemos a Pablo forcejear por no querer ir. Tampoco disuadir a los atenienses para que no lo llevaran. Pablo aceptó y en el verso 22 dice que Pablo se puso en medio del Areópago y tomó la palabra. Con valentía, con autoridad, con la seguridad de saber quién él era y quién estaba con él. ¿Buscamos nosotros estar en el medio de lo más importante de la cultura? ¿Podemos nosotros con gallardía hablar con los grandes de las industrias de las artes?
Hemos llegado al punto en el cual el trasfondo del relato nos abre la puerta para lo que el título de la serie indica: Los beneficios de involucrarse en las artes seculares.
Los aspectos de Pablo sobre la cultura de Atenas, son:
- Sentía dolor en su alma al ver la ciudad llena de ídolos.
- Discutía con otros cristianos sobre lo que veía en la ciudad.
- Accionaba sobre lo discutido y salía a diario a hablar en las plazas.
- Se preparó para poder discutir con filósofos.
- Habló con autoridad frente a las principales personalidades de la cultura.
Hemos llegado al punto en el cual el trasfondo del relato nos abre la puerta para lo que el título de la serie indica: Los beneficios de involucrarse en las artes seculares.
Ahora descubriremos cómo y porqué esto es importante.
En el verso 22 Pablo empieza su disertación ante las personalidades más importantes de la cultura. Inicia contándoles que no fue una simple sospecha o algo que leyó a la ligera, sino que observó y se fijó en los detalles. Buscó y encontró. Leyó y analizó. Les contó con lujo de detalles, eso que les gustaba a los atenienses, cómo llegó a la conclusión de lo que hablaba en las plazas. Esa insignia en ese nicho, ese altar vacío, si ese, el polvoriento, el que casi nadie le hacía caso. Ese que decía en letra casi ilegible y que sólo un estudiado y apasionado por el dolor en su alma podía leer: A UN DIOS NO CONOCIDO.
Eso era todo lo que Pablo necesitaba. Eso fue todo lo que necesitó para comunicar el mensaje de esperanza. El mensaje de Dios. A una audiencia que hacía todo menos honrar al mismo Dios que Pablo adoraba.
Y para cerrar con broche de oro y ganarse el corazón de los oyentes, en medio de lo que podemos llamar actualmente una prédica, Pablo cita a un filósofo griego y dice: “puesto que en él vivimos, nos movemos y existimos”. Y como si fuera poco vuelve y cita otra famosa frase: “De él somos descendientes.”
Hasta ahora hemos visto cómo la pasión de Pablo por que otros conozcan de Jesús lo hizo recorrer la ciudad más pagana del momento, transitando sus calles en busca de un punto en común con su fe para poder usar eso “pagano” para transmitir algo “santo”. Esa pasión lo hizo discutir con los mismos cristianos, lo hizo salir día a día a hablar en las plazas inclusive con los más estudiosos. Esa pasión lo hizo utilizar su educación para influir en sus oyentes. Cómo su pasión por compartir la Verdad lo hizo poder pararse frente a los grandes y exponer así el evangelio utilizando como herramientas a sus mismos artistas.
Pregunto ¿a qué equivaldría hoy en día citar a un poeta tal y como Pablo lo hizo? ¿Cuáles son los poetas actuales? ¿Los cantantes, quizás? ¿Los políticos, actores y actrices? ¿Acaso no son todos los artistas y personalidades públicas?
Cómo involucrarse en las artes seculares es fácil. Enciende tu radio, la televisión y tus redes sociales. Así como Pablo leyó a los poetas de ese entonces, leamos a los poetas actuales, a esos que influencian la cultura hoy en día. Para que cuando te pares en frente del Areópago moderno puedas citar a los artistas y así ganarte el derecho a ser escuchado. El mundo no escucha a los charlatanes que solo se expresan criticando y desacreditando a los demás, condenándolos porque no hacen lo que su religión les dice. El mundo no lleva ignorantes en la materia a sus centros intelectuales para dirigirse a ellos.
Nunca verás a un miedoso pararse frente a los auditóriums de las universidades, a un “apartado” de lo impuro estar frente a gente influyente. Nunca verás a un cristiano resentido junto a los artistas de renombre en las premiaciones internacionales.
Pero sí verás a un artista como Juan Luis Guerra, en Viña del Mar, que después de ganarse el corazón de sus seguidores, cantarle alabanzas al Rey de reyes y Señor de señores en un son.
O a un atleta de clase mundial dar gracias al Señor Jesús en medio de una conferencia de prensa.
Todo esto es el cómo.
Por qué involucrarse en las artes seculares es fácil también.
Regresemos a nuestro relato y veamos el verso 34. Algunas personas se unieron a Pablo y creyeron. Todo lo de arriba se resume en esto: creyeron.
¿Acaso no es eso lo que queremos que las personas hagan cuando escuchen el evangelio? ¿Qué crean en Jesús?
Ahora bien, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique? ¿Y quién predicará sin ser enviado?
Así que, ten amigos no cristianos. Involúcrate en las artes seculares y aprende su lenguaje para que cuando llegue tu momento de fama puedas ser como Pablo y decir: Me hice todo para todos, a fin de salvar a algunos por todos los medios posibles.
Eso debemos hacerlo tú y yo.
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