Puntos suspensivos

¿No te ha pasado que vas por la calle y simplemente no te percatas de lo que sucede a tu alrededor porque estás concentrado en otras cosas?

En la vida cristiana vamos avanzando cada día, pero muchas veces, enfocados en nuestros problemas o en nuestras bendiciones. Nos sumergimos tanto en lo que nos sucede, que se nos olvida el que está a la par. Ignoramos a las personas. Algunas veces es consiente, lo cual es malo, y otras, de manera inconsciente.

Ignorar, al inicio no es malo. Todos nacemos sin saber nada y a medida que crecemos vamos adquiriendo conocimiento. Y es ese conocimiento que nos hace ser consientes.

Pero ¿cómo podemos pasar de un estado de inconciencia a uno de conciencia respecto a las personas que nos rodean?

Es tan sencillo como pedirle a Dios que agudice nuestros sentidos.

Cuando le pedimos a Dios que agudice nuestros sentidos, tenemos la oportunidad de pensar más en los demás, en interpretar mejor sus comentarios, o sus miradas, o su semblante.

Cada vez que preguntamos a alguien que cómo está, la respuesta común es «bien, gracias a Dios», o algo similar.

Pero algunas veces hay unas pequeñas pausas que, si tenemos agudizados los sentidos, podemos interpretar como que no todo está bien. Son esos puntos suspensivos en medio de la respuesta. Sería un «Estoy…bien gracias a Dios» o «todo…bien, gracias».

Esas pequeñas pausas son oportunidades que Dios nos da para preguntar si en verdad todo está bien. Y cuando no, la gente generalmente nos lo hará saber. Nos dirán que están pasando un momento difícil, o una situación que se está saliendo de control. Y es allí donde podemos ser los instrumentos de Dios para llevar consuelo, apoyo y como dice la Biblia “llevar las cargas unos de otros”.

Haz la prueba. Pregúntale a alguien cómo está e identifica sus silencios o sus gestos. Y si notas que hay algo más, ofrécete a ayudar como Dios te lo indique.

Todos tenemos necesidad de que oren por nosotros y para eso Dios nos ha dado el privilegio de hacerlo en cualquier momento y en cualquier lugar.

¿Hay algo por el cual quieras que ore por ti? Déjalo en los comentarios, o si es muy personal, lo puedes hacer por correo: imgardberges@gmail.com.

 

 

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