3 lecciones para mejorar nuestra comunicación

Es muy frecuente que me encuentre navegando entre la infinidad de opciones que Netflix ofrece sin encontrar algo que ver. ¿Te ha pasado lo mismo? Es como cuando bajas y bajas en tu red social preferida sin encontrar nada de tu interés.

Cuando eso me pasa en Netflix, voy a lo que nunca puede fallar, comedia. Pero no películas, sino comediantes en vivo o stand-up comedy. Y siendo sincero, cuando necesito levantar mi ánimo eso es lo busco también. Bien dijo un sabio: “El corazón alegre se refleja en el rostro, el corazón dolido deprime el espíritu.” O como la sección de la revista Selecciones «La risa, remedio infalible».

Yo veo comedias en vivo esperando tres cosas: buenas anécdotas con las que me pueda relacionar, reír y algo que casi nunca nos pasa por la mente: que no se acabe.

Hay tres lecciones que podemos aprender sobre el stand-up comedy para aplicar a nuestra comunicación.

El poder de las historias

Cada show inicia con una anécdota del comediante, no es un cuento de hadas o una historia de ciencia ficción. Son historias de la vida cotidiana, de esas que nos pueden pasar a cualquiera en algún punto de la vida. El reto es hacer que las personas se sientan identificadas con lo que está diciendo.

Las historias nos unen. Nos hacen ver, oler, sentir y experimentar lo mismo que quien la está contando. Cuando una historia logra eso, se puede transmitir el mensaje.

Ha habido veces en que estoy viendo a un comediante que está contando anécdotas con las cuales no me puedo relacionar y lo que causa es que deje de verlo o que tenga una actitud apática, si en los primeros minutos no me cautiva con una historia que me haga reír, seguramente dejaré de verlo.

Si contamos historias que estén bien elaboradas y que las personas se puedan relacionar con ellas, seguramente tendremos una audiencia que estará con nosotros durante todo lo que tengamos que decir, y mejor aún, listos para nuestra próxima presentación.

Dar lo que ofreces

Hace unos años mi esposa y yo empezamos a ver una película con Jennifer Aniston, famosa por la serie «Friends». Así que dijimos: «Jennifer = comedia». Empezamos a ver la película pero a medida que avanzaba nos veíamos con mi esposa como diciendo «y a qué horas empieza la comedia». No me acuerdo que hayamos terminado de ver la película pero nunca nos hizo reír. ¿Has visto alguna película que te dejó con aquel sabor de «no era lo que esperaba»?

Una comedia en vivo es para reír, así tu también que entrega lo que ofreces. Sea lo que sea que ofrezcas, entrega eso. La gente está viéndote, escuchándote, leyéndote por algo, haz que valga la pena.

Haz que la gente quiera que no termine

Casi todos los comediantes llevan a su audiencia a tal grado que no se siente el tiempo y casi todos terminan cuando todos se están riendo a más no poder. Cada vez que veo un stand-up comedy nunca se cuándo va a terminar.

Que nuestra comunicación sea tan agradable que cuando sea momento de terminar las personas que queden con ese sabor de «ojalá hubiera seguido», y no como muchas veces hemos dicho de alguien «a qué horas va a terminar».

¿Cómo estamos usando el poder de las historias?

¿Estamos llenando las expectativas de las personas? y más importante ¿siguen con nosotros o están esperando que termine?


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